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I. La importancia de la productividad para impulsar el crecimiento económico de Chile

El aumento de la productividad en 1,5% promedio anual ha sido declarado un desafío central en el Gobierno del Presidente Boric, no solo porque para toda economía es fundamental operar de la forma más eficiente posible, sino porque se constituye en el camino más efectivo de impulsar el debilitado crecimiento potencial de nuestro país en los últimos años.

La mejoría en la productividad es la vía que permite a un país aumentar el nivel de ingreso de sus habitantes solo por el hecho de mejorar la forma en que se utilizan los recursos productivos. La consecuencia de propender hacia una mayor eficiencia económica es lo que posibilita que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) vaya por sobre lo que la mera dotación de recursos permitiría. Es lograr más con los mismos recursos productivos, permitiendo mejorar la calidad de vida de la población y ampliar las holguras fiscales en favor de mejores políticas públicas.

El aumento de la productividad también tiene un rol clave en la transición ecológica justa, toda vez que es una condición habilitante para que pueda seguir progresando la calidad de vida de las personas sin que aquello esté basado en una depredación del medio ambiente y una sobre utilización de los recursos naturales. Lograr producir más con menos recursos productivos es parte sustantiva de la agenda medioambiental.

Las mejorías en eficiencia productiva en Chile durante los últimos años han sido escasas y particularmente desde 2012 en adelante se ha producido un gradual deterioro que ha terminado impactando negativamente el crecimiento efectivo y potencial del PIB. Al observar los antecedentes de la década del noventa, se constata que la productividad multifactorial crecía en torno a 2,3% promedio anual, generando crecimientos del PIB no minero superiores al 6% promedio por año. Posteriormente, entre 2014 y 2021, el crecimiento de la productividad se detuvo prácticamente a cero, de modo que el crecimiento del PIB no minero se desaceleró a solo 2,5% promedio por año en ese período. Los antecedentes recién publicados por la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP) indican que, tras un fuerte incremento en 2021, impulsado por variaciones cíclicas de corto plazo, la Productividad Total de Factores (PTF) volvió a acercarse a la tendencia de desaceleración que ha mostrado desde hace al menos 15 años.

Los diagnósticos más recientes respecto de este deterioro sistemático de la productividad en Chile señalan la existencia de una base exportadora que no ha logrado diversificarse en forma eficiente y que permanece altamente concentrada en recursos naturales. También se apunta a desafíos regulatorios que entraban el desarrollo de nuevas inversiones y rezagos en la adopción de nuevas tecnologías. A nivel de firmas, este deterioro se manifiesta específicamente en deficiencias en la asignación de recursos entre empresas incumbentes o partícipes, más que en la presencia de una dinámica no virtuosa de ingreso y salida de dichas firmas de los mercados.[1]

La Agenda de Productividad que se presenta a continuación contiene nueve ejes claves de trabajo, e incluye más de 40 medidas que abordan de forma concreta precisamente aquellos aspectos más comúnmente señalizados como causas del deterioro productivo. En su conjunto, estos ejes configuran una carta de navegación de corto, mediano y largo plazo, que incluirá diversas reformas legislativas, de gestión y administrativas, que se focalizarán en mejoras de competencia, facilitación de procesos, impulso al comercio, desarrollo de los mercados de capitales y acción sobre la fuerza laboral mejorando los modelos de capacitación.

[1] Fuente: Estado de la Hacienda Pública 2022; Presentación del Ministro de Hacienda.

2022 | Ministerio de Hacienda