Impulso al Plan de Acción de Hidrógeno Verde 2023-2030

El avance hacia una transición energética justa y sostenible, que fomente la descarbonización nacional y estimule el crecimiento económico del país protegiendo nuestro capital natural, se presenta como una oportunidad a través del desarrollo de la industria de Hidrógeno Verde (H2V). La generación de energías renovables es un motor para que nuestro país diversifique su matriz energética y genere nuevas industrias de desarrollo local. Chile ha logrado posicionarse como uno de los potenciales productores y exportadores de H2V en el mundo. Ahora, el desafío radica en generar las condiciones que posibiliten un cambio sustancial en el desarrollo económico y social de nuestro país. Para cumplir este objetivo, es necesaria una acción temprana, decidida y coordinada por parte de todos los actores involucrados.

El desarrollo de la industria de H2V se sustenta en una política de Estado. Siguiendo la línea de trabajo iniciada en 2019, actualmente se está trabajando en un Plan de Acción de Hidrógeno Verde 2023-2030. Este Plan sentará las bases para el desarrollo de este sector y definirá la hoja de ruta para su despliegue en esta década, conciliando el crecimiento económico con el cuidado del medio ambiente y su biodiversidad, el territorio y las comunidades; y velando, a su vez, por establecer acciones y medidas coherentes con las actividades que las regiones han desplegado en este ámbito.

Las condiciones para la producción de energías renovables en H2V en Chile son únicas en el mundo. Nuestro país cuenta con un excelente potencial en energías renovables a lo largo de su territorio, en especial, la radiación solar en el desierto de Atacama, y los fuertes y constantes vientos en la Patagonia Magallánica. Además, de contar con un marco regulatorio estable y transparente, construido en base a amplios consensos, brindando certeza jurídica a los inversionistas.

La descarbonización de la matriz energética nacional, compromiso que Chile asumió a nivel internacional, requiere del desarrollo de la industria de H2V en nuestro país. De acuerdo con la Política Energética Nacional, actualizada en 2022, algunas de las metas consensuadas con el sector apuntan a que a 2050 el sector eléctrico deberá operar con un 100% de energía cero emisiones y los usos energéticos no eléctricos deberán ser suministrados por un 70% de combustibles cero emisiones. Esto plantea un desafío, pero también una oportunidad para el desarrollo productivo sostenible. Si bien nuestra matriz energética está cambiando rápidamente y hoy más de la mitad de la generación proviene de fuentes renovables, el H2V es fundamental para materializar la descarbonización de la matriz productiva nacional.

La transición energética tendrá un efecto positivo en el crecimiento económico, ya que el desarrollo de la industria de H2V y el proceso de descarbonización en Chile aportarían, al menos, 0,4-0,5% al crecimiento tendencial. Esta industria podría llegar a ser tan importante como el sector minero para nuestro país.

Las obligaciones en el proceso de descarbonización generan una demanda significativa de energías renovables a nivel local y su uso en aplicaciones domésticas generará un sector preparado para competir en mercados internacionales. Hacia el largo plazo, Chile pasaría de ser históricamente un país importador a convertirse en un exportador de energía renovable, contribuyendo a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo.

La industria de H2V debe fomentar el valor local, la calidad de vida y conciliar el interés nacional y de las regiones en que se desarrollará. El desafío de enfrentar el cambio climático implica asumir el reto de una transición justa, que permita avanzar en una senda de crecimiento económico sostenible e inclusivo para todos nuestros habitantes, en todo el territorio.

El H2V entrega oportunidades para el desarrollo tecnológico y de proveedores locales, particularmente a través de la demanda local. Tenemos la oportunidad y el desafío de que esta industria no sea un enclave, sino que se conecte con el resto de la economía y su desarrollo apalanque la generación de capacidades tecnológicas que contribuyan a nuestro crecimiento en el largo plazo. La demanda local por H2V, además de fundamental para la descarbonización de nuestra matriz productiva, entrega oportunidades claras para la innovación y actividades de mayor valor agregado, por ejemplo, en la minería y el acero.

Por ello, se anuncian estas medidas de impulso al Plan de Acción de Hidrógeno Verde 2023-2030 que permitirán implementar la Estrategia Nacional de H2V para desarrollar de manera coherente y sostenible esta industria, mediante un robusto componente participativo, con despliegue en el territorio.