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Naturaleza y Biodiversidad

La existencia y bienestar de la especie humana y todas sus poblaciones dependen de la naturaleza. Su biodiversidad y ecosistemas son los que definen y permiten la vida, y en ellos se han levantado las sociedades, sus culturas y economías.


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El bienestar de nuestra especie depende del estado de salud de la naturaleza y su biodiversidad íntegra, pues esta contribuye con funciones vitales a la sociedad, las que son dadas por estructuras y procesos ecológicos

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La biodiversidad, abarcando sus genes, especies y ecosistemas, conforma un complejo sistema de interrelaciones ecológicas que permite mantener los procesos fundamentales para el bienestar presente y futuro de las distintas especies que habitan la Tierra; y es justamente allí, en el seno de dichas relaciones ecológicas donde habitan los seres humanos. La biodiversidad es, de hecho, un bien intrínsecamente común y su cuidado, protección y restauración es una tarea inclusiva e irrenunciable que convoca a todos los actores sociales, sean públicos o privados, a escala territorial y global.

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Las contribuciones de la naturaleza constituyen el soporte fundamental del bienestar humano. Aunque muchas veces sean invisibles, los aportes de los procesos ecológicos y evolutivos están presentes en todas partes y colaboran de manera sustancial a que la calidad del aire sea apta para nuestra vida, que la provisión de agua dulce sea suficiente para nuestro consumo, que la mantención y regeneración de los suelos provea alimentos a la humanidad para su subsistencia, a que controlen plagas y enfermedades zoonóticas, a que reduzcan los efectos de los peligros naturales —muchos de ellos exacerbados debido al cambio climático— entre tantas otras funciones claves para la humanidad.

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Por otro lado, la biodiversidad juega un rol fundamental en la mitigación y adaptación al cambio climático, ya que la naturaleza y sus ecosistemas son la mejor alternativa en términos de costo-beneficio para capturar y almacenar carbono y otros gases de efecto invernadero. Ecosistemas marinos y terrestres, incluyendo bosques de algas, de árboles, humedales, turberas y estepas tienen capacidad de absorción equivalentes a aproximadamente el 60 % de las emisiones mundiales antropogénicas[1]. De hecho, se ha estimado que casi el 37% de las metas globales de descarbonización podrían provenir de la conservación de la naturaleza[2]. Asimismo, los servicios que esta proporciona pueden ayudar a la sociedad a adaptarse a los efectos del cambio climático. A diferencia de las soluciones tecnológicas, las soluciones basadas en naturaleza (Nature based solutions, NBS, por sus siglas en inglés) proveen co-beneficios a la sociedad, en forma de un sin número de servicios y contribuciones fundamentales para el bienestar de las poblaciones humanas en cada territorio.

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Es preciso reconocer que todo el esfuerzo civilizatorio humano se basa finalmente en las contribuciones que entrega la naturaleza, también llamados servicios ecosistémicos. Estos son las que permiten que los recursos naturales y energéticos que se utilizan a diario estén disponibles y ellos dependen de la biodiversidad existente. Sin embargo, nuestra manera de habitar la tierra y de relacionarnos con ella está, por una parte, sobrepasando los límites planetarios que delimitan un ámbito seguro de actividad humana para la resiliencia de la biósfera; y por otra, deteriorando o destruyendo ecosistemas vitales para el mantenimiento de la biodiversidad y de los servicios que provee a escala local. La humanidad se ha transformado en el principal agente de cambio global, lo que implica una responsabilidad ineludible en el destino planetario.

[1] Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), en su Informe de la Evaluación Mundial sobre la Diversidad Biológica y los servicios de los ecosistemas de 2019.

[2] Griscom, B., Adams, J.,Ellis, P.,Houghton, R., Lomax, G., Miteva, D., Schlesinger, W., Shoch, D., Siikamäki, J., Smith, P., Woodbury, P., Zganjar, C., Blackman, A., Campari, J., Conant, R., Delgado, C., Elias, P., Gopalakrishna, T., Hamsik, M., Fargione, J. 2017. Natural climate solutions. Proceedings of the National Academy of Sciences. 114. 10.1073/ pnas.1710465114. Hauser, A. 1996. Los depósitos de turba en Chile y sus perspectivas de utilización. Revista Geológica de Chile 23(2): 217-229. dx.doi.org/10.5027/andgeoV23n2-a08

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