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6. Conclusiones: principios para un sistema tributario moderno en Chile

Los diálogos sociales de la reforma tributaria permitieron, por primera vez, abrir una discusión amplia y diversa con la ciudadanía para establecer cuáles son los principios que deben guiar nuestro sistema tributario.

La reforma tributaria que se presentará al Congreso de la República en los próximos días se guía de estos principios y corresponde a un primer paso en materializar las expectativas, deseos y anhelos que la ciudadanía ha expresado en este proceso.
Los siguientes principios, resultantes del proceso de diálogo, contribuirán a dotar de mayor legitimidad al sistema tributario:

1. Progresividad y equidad

El sistema tributario debe generar avances para procurar que cada uno pague lo que le corresponde. Esto se relaciona con los conceptos de progresividad y equidad. Existe progresividad cuando la tasa efectiva de impuestos que se paga aumenta con el nivel de ingresos o el patrimonio. Por su parte, la equidad se asocia con el tratamiento similar para una misma transacción o renta y a un tratamiento diferenciado para contribuyentes que se encuentran en una situación económica distinta. La equidad también tiene una dimensión territorial, que el Estado destine recursos adecuados y de manera pertinente a sus regiones. En lo que refiere a los impuestos a la renta y patrimonio de las personas, es fundamental que tengan una estructura progresiva y que se preserven exenciones solo en casos donde existen razones económicas o de interés social de primera importancia. Un diseño de este tipo puede aportar a que el sistema impositivo promueva la justicia tributaria y colabore en la reducción de la desigualdad.

2. Transparencia y eficiencia

El sistema tributario debe reforzar la obligación del Estado de hacer un uso transparente y eficiente de los recursos públicos. Esto implica disponer de mecanismos de información y rendición de cuentas que permitan a la ciudadanía identificar cuál ha sido el destino de los fondos recaudados y su aporte para el mejoramiento de las condiciones de vida a nivel local y nacional. Asimismo, los programas y políticas financiados con los recursos recaudados deben ser evaluados con periodicidad con el fin de detectar limitaciones, y posibilidades de mejora.

3. Compromiso en el cumplimiento tributario

El sistema tributario debe propiciar el cumplimiento íntegro y oportuno del pago de impuestos. La evasión y el uso de resquicios para eludir impuestos representan un comportamiento repudiable, a través del cual se restan recursos para financiar servicios de primera necesidad y apoyar a distintos sectores de la población. Los fenómenos de elusión también afectan negativamente al atentar contra la igualdad ante la ley, creando ventajas económicas para quienes realizan estas prácticas en detrimento de quienes cumplen debidamente con su responsabilidad tributaria y disminuyendo la progresividad y la equidad.

4. Simplicidad

Otro principio que debería orientar de manera importante la reforma tributaria es la simplicidad. Ante todo, se trata de facilitar el entendimiento de lo que se le pide aportar a cada contribuyente y la estimación de dichos montos. Esto se asocia con las nociones de comprensión y predictibilidad, y tiene por consecuencias positivas la reducción las horas dedicadas al pago de impuestos, reducción de costos administrativos para las y los contribuyentes, la reducción de complejidad en las labores de fiscalización, y el cierre de brechas de evasión y elusión.

5. Educación y asistencia al contribuyente

El sistema tributario debe renovar los medios a partir de los cuales se ponen a disposición de los contribuyentes herramientas para entender el rol de los impuestos y facilitar el cumplimiento tributario. Esto se relaciona con las nociones de educación tributaria y asistencia al contribuyente, y remite a la necesidad de ofrecer continuamente formación, información y orientación a las y los contribuyentes y a la ciudadanía en general sobre el pago de impuestos. Esto también implica que la legislación debe considerar tanto las dificultades de cumplimiento por parte de los contribuyentes como las tareas de recaudación y fiscalización de la administración tributaria. Las normas sobre impuestos deben ser fáciles de comprender, y su interpretación y aplicación debe ser pública, transparente y estar sujeta a contrapesos, con el fin de evitar la discrecionalidad de los entes normativos y fiscalizadores.

6. Corresponsabilidad

Las instancias desarrolladas durante el proceso de diálogo social también remarcaron la necesidad de entender que cualquier sistema tributario contiene obligaciones para todos los actores. Esto se relaciona con la noción de vinculación y corresponsabilidad, a partir de la cual las y los ciudadanos se relacionan con el Estado por medio de los impuestos para el financiamiento de bienes y servicios que promuevan el desarrollo en sus distintos territorios, lo que se traduce en la formalización de beneficios y deberes.

7. Estabilidad y certeza

Un componente adicional relacionado con el anterior es la permanencia de las reglas que ordenan al sistema tributario, y que como parte del gran acuerdo que se busca con esta reforma, también debe ser destacado. Esto debe redundar en la necesaria entrega de certeza jurídica a los contribuyentes, evitando movimientos o interpretaciones que podrían ser contradictorias dentro de períodos breves.

8. Adaptabilidad

El sistema tributario debe responder a la evolución de las necesidades y preferencias del país, lo que implica reconocer cambios y nuevos desafíos en el entorno económico y ambiental, las necesidades de la ciudadanía, y el uso de tecnologías para propiciar el desarrollo. Para lograr los cambios y reforzamientos anteriores, es necesario que las reformas del sistema tributario consideren la evidencia nacional e internacional sobre sus deficiencias y desafíos y que recurran a los distintos tipos de impuestos y mecanismos que se utilizan en los países desarrollados o que se discuten a nivel internacional hacia el futuro, en la medida que tengan pertinencia para el país.

Como Ministerio de Hacienda nos comprometemos a que estos serán los principios rectores que guiarán la política tributaria de este gobierno. Nuestro objetivo es avanzar en alcanzar un pacto tributario más legítimo y estable, otorgando mayores certezas a trabajadores(as), empresarios(as), contribuyentes y la ciudadanía en general.

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