4. Diagnóstico de la tributación a las rentas del capital en Chile
En esta sección se presenta un diagnóstico de la situación actual de la tributación a las rentas del capital en Chile. En primer lugar, se efectúa un análisis distributivo de las rentas totales y la distribución de rentas del trabajo y del capital en la economía. Las rentas del trabajo corresponden a todos los ingresos que se originan a partir de actividades laborales más aquellos provenientes de pensiones. Las rentas del capital corresponden a utilidades financieras de las empresas, dividendos y ganancias de capital recibidas por personas naturales. Posteriormente, se analiza cómo se distribuye la tributación de las rentas del capital y del trabajo a través de los distintos cuantiles de la distribución de ingresos totales. Finalmente se profundiza el análisis de la composición de las rentas del capital actual, es decir, cuánta carga tributaria recae en personas naturales y cuánta en empresas.
Es importante señalar que en esta sección no se busca emitir un juicio de valor respecto de las rentas del capital sino solo dar cuenta de su distribución en la economía y de las diferencias frente a las rentas del trabajo en cuanto a la forma de su tributación tanto a nivel de hecho gravado y base imponible que producen diferencias respecto de sus tasas efectivas. Estas diferencias que se generan por la naturaleza distinta de las rentas son las que justifican que un número mayoritario de países establezca un tratamiento tributario diferenciado a nivel de impuestos personales.
Para la elaboración de este diagnóstico se ocupan los datos tributarios correspondientes al año tributario 2023, con información de cerca de 15 millones de contribuyentes personas naturales.
4.1 Distribución de las rentas en la economía
En primer lugar, se calcula el ingreso total promedio por cuantil de la distribución de ingresos totales. La medida de ingreso total que se utiliza para este objetivo es la de ingreso devengado total. El ingreso devengado total incluye todas las rentas generadas en la economía que pueden atribuirse a una persona natural residente. Estas rentas totales corresponden a las rentas del trabajo, rentas de la propiedad, los dividendos recibidos, las ganancias de capital realizadas, los intereses netos recibidos, las utilidades financieras de empresas que no fueron distribuidas a personas naturales y que pueden ser atribuidas a una persona natural según su participación en la empresa[5].
Dada esta definición de ingresos totales, en la tabla 6 se muestra el ingreso mensual promedio total y según fuente (capital o trabajo) para distintos cuantiles de la distribución de ingresos totales, en pesos del año 2023. Es importante tener presente que los cuantiles inferiores de la distribución los ingresos totales pueden estar subestimados, debido a la presencia de ingresos informales para los cuales no existen registros tributarios.
Lo primero que se desprende de este análisis, es que las rentas en la economía están altamente concentradas en el 1% de contribuyentes de más altos ingresos (top 1% en la tabla). Un contribuyente promedio perteneciente al 1% tiene un ingreso promedio mensual de 68 millones de pesos, aproximadamente; mientras que un contribuyente perteneciente al percentil 95 de la distribución tiene un ingreso promedio mensual de cerca 2,5 millones. Un contribuyente perteneciente al 0,01% de más altos ingresos (cerca de 1.500 contribuyentes), cuenta con un ingreso mensual promedio de 4.700 millones de pesos, aproximadamente. En la tabla 6 se muestran los ingresos promedio para diferentes cuantiles de la distribución.
Lo segundo, es que las rentas provenientes del capital están altamente concentradas en la parte superior de la distribución. Para el 90% de los contribuyentes, las rentas del capital representan menos del 1% de su ingreso total, para los contribuyentes entre el percentil 91 y 99 la proporción de este tipo de rentas varía entre 1% y 5%. Por otro lado, en promedio, para las personas pertenecientes al 1% de mayores ingresos más del 85% de sus ingresos totales provienen de rentas del capital. Estas rentas están significativamente más concentradas en la parte superior de la distribución, ya que para el 0,01% de contribuyentes de más altos ingresos las rentas del capital representan el 99,2% de sus ingresos totales. Más detalles de la composición de ingreso según cuantil de la distribución de ingresos totales se puede observar en el gráfico 5.
A nivel agregado, 98,5% de las rentas del capital en la economía pertenecen al 1% de contribuyentes de más altores ingresos. En consecuencia, y cómo se profundizará en las siguientes secciones, una reforma al impuesto a la renta que afecte la tributación de las rentas del capital afecta mayoritariamente al 1% de contribuyentes de mayores ingresos, es decir, cerca de 150.000 personas. En este mismo sentido, esta información da cuenta de lo relevante que es observar como una modificación de las rentas del capital modifica la tributación de las personas de mayores ingresos puesto que los ingresos de rentas del capital de las personas que conforman los primeros nueve deciles no son proporcionalmente significativos en sus ingresos totales, los cuales provienen en su gran mayoría de las rentas del trabajo.
Tabla 6.
mensual promedio, según cuantil de la distribución de ingresos totales.
Cuantil |
Ingreso mensual promedio |
Ingreso mensual promedio proveniente de rentas del trabajo |
Ingreso mensual promedio proveniente de rentas del capital |
50% inferior |
$55.031 |
$54.723 |
$308 |
Decil 6 |
$358.459 |
$357.468 |
$990 |
Decil 7 |
$552.290 |
$550.871 |
$1.418 |
Decil 8 |
$829.241 |
$826.783 |
$2.458 |
Decil 9 |
$1.297.100 |
$1.291.009 |
$6.091 |
Percentil 91 |
$1.751.754 |
$1.738.086 |
$13.668 |
Percentil 92 |
$1.889.562 |
$1.873.184 |
$16.378 |
Percentil 93 |
$2.052.434 |
$2.033.188 |
$19.246 |
Percentil 94 |
$2.251.124 |
$2.225.795 |
$25.329 |
Percentil 95 |
$2.505.777 |
$2.469.814 |
$35.963 |
Percentil 96 |
$2.835.575 |
$2.785.131 |
$50.444 |
Percentil 97 |
$3.305.187 |
$3.226.576 |
$78.611 |
Percentil 98 |
$4.061.607 |
$3.915.414 |
$146.194 |
Percentil 99 |
$5.548.906 |
$5.211.623 |
$337.283 |
Top 1% |
$68.213.214 |
$9.441.398 |
$58.771.816 |
Top 0.1% |
$571.293.582 |
$13.580.982 |
$557.712.600 |
Top 0.01% |
$4.720.043.682 |
$8.642.200 |
$4.711.401.482 |
Fuente: elaboración propia en base a datos tributarios.
Gráfico 5.
Composición de rentas según fuente, para cuantiles de la distribución de ingresos totales
Fuente: elaboración propia en base a datos tributarios.
4.2 Análisis distributivo de los impuestos a la renta
Siguiendo con el análisis de la tributación de las rentas del capital en Chile, en primer lugar, se muestran las tasas efectivas de impuesto a la renta a lo largo de la distribución de ingresos totales en el gráfico 6. La tasa efectiva de impuesto a la renta se debe interpretar como el total de impuestos pagados por la persona como porcentaje de su ingreso total.
Formalmente, la carga efectiva de impuesto a la renta se define como la razón de impuestos totales pagados, directos o atribuidos a la persona natural, sobre el ingreso total de la persona. Los impuestos totales, a su vez, están compuestos por los impuestos que pagan las rentas del trabajo (Impuesto Único de Segunda Categoría, IUSC), los impuestos pagados por las rentas del capital recibidas por personas naturales (Impuesto Global Complementario, IGC[6]) y los impuestos corporativos pagados a nivel de empresa (Impuesto de Primera Categoría, IDPC) que se atribuyen a las personas naturales propietarias, según porcentaje de participación en la sociedad. El ingreso total se define de la misma manera que se explicó en la sección anterior, la suma de los ingresos de todas las fuentes, incluidas utilidades financieras positivas que no fueron distribuidas a personas naturales.
Gráfico 6.
Cargas efectivas de impuesto a la renta para distintos cuantiles de la distribución de ingresos totales
Fuente: elaboración propia en base a dato tributarios.
Como se muestra en el gráfico 6, para el 99% de los contribuyentes las tasas efectivas de impuesto a la renta exhiben un patrón progresivo, es decir, a mayor ingreso, mayor es la proporción de impuestos pagados. En efecto, las tasas efectivas para los deciles más bajos de ingreso son menores a 1%, mientras que para el caso de los contribuyentes del percentil número 99 la tasa efectiva está en torno a 8%. Sin embargo, la tasa efectiva de impuesto a la renta muestra un patrón decreciente a medida que el ingreso aumenta para el caso de contribuyentes pertenecientes al 1% de más altos ingresos. Para el caso de los contribuyentes pertenecientes al 0,1% de más altos ingresos, la tasa efectiva es cerca de 6,5%, mientras que para los que pertenecen al 0,01% de más altos ingresos este valor es cercano a 5%.
Para profundizar en el comportamiento del 1% de los contribuyentes de más altos ingresos, el gráfico 7 muestra la tasa efectiva de impuesto a la renta para distintos cuantiles en la distribución de ingresos totales. Los cuantiles parten desde el número 99,1 (es decir, desde los contribuyentes que pertenecen al primer decil de contribuyentes del 1% de mayores ingresos) y continua sucesivamente hasta el cuantil correspondiente al 0,01% de contribuyentes de más altos ingresos.
Considerando al subconjunto de contribuyentes que pertenecen al 1% de más altos ingresos, se observa que la tasa efectiva de impuesto a la renta exhibe un comportamiento progresivo hasta el cuantil número 99,93 (es decir, para el tercer decil de contribuyentes que pertenecen al 0,1% de más altos ingresos), a mayor ingreso, mayor tasa efectiva de impuesto a la renta. Para dicho cuantil la tasa efectiva de impuesto a la renta es cerca de 20%. Este patrón creciente se revierte a partir del cuantil número 99,94, disminuyendo hasta alcanzar un 5% de tasa de impuesto efectiva para el 0,01% de contribuyentes de más altos ingresos.
Gráfico 7.
Carga efectiva para cuantiles del 1% superior de la distribución de ingresos totales
Fuente: elaboración propia en base a datos tributarios.
Existen al menos dos razones de por qué las tasas efectivas muestran este patrón decreciente en la parte alta de la distribución de ingreso. Primero, que las rentas provenientes del capital tienen n un tratamiento tributario más beneficioso que las rentas del trabajo, lo que sumado al hecho que estas rentas (del capital) están concentradas en la parte alta de la distribución, produce como resultado que las personas con una mayor proporción de rentas provenientes del capital reduzcan su carga efectiva de impuestos a la renta significativamente.
La segunda razón es que las personas con rentas provenientes del capital, a diferencias de las rentas del trabajo, cuentan con la posibilidad de postergar el pago de impuestos personales a través de la retención de utilidades en empresas, lo que implica una reducción efectiva del pago de impuestos. A continuación, se profundiza con más antecedentes respecto a estas dos razones.
Respecto a la primera razón, las rentas del capital cuentan con un tratamiento más beneficioso que las rentas del trabajo se debe a que la definición legal de la base imponible de ambos tipos de rentas es distinta, lo que genera, en la práctica, que el pago efectivo, en términos económicos, sea distinto. En efecto, en la determinación de la base imponible de rentas del capital[7] existe la posibilidad de, por ejemplo, usar pérdidas tributarias de años anteriores sin límites para reducir la base imponible; depreciar de manera acelerada o instantánea activos; entre otras deducciones tributarias no asociadas a los costos de producción ni pago de salarios. Estos ajustes tributarios en la determinación de la Renta Líquida Imponible de las empresas conllevan a que exista una brecha entre las utilidades financieras[8] y las utilidades tributarias de manera persistente en el tiempo. Por ejemplo, para el año 2023, a nivel agregado, la Renta Líquida Imponible[9] fue equivalente a cerca del 38% de las utilidades financieras en la economía. Esta diferencia entre las bases imponibles tributarias y financieras generan entre los distintos tipos de renta, diferencias en el pago efectivo de impuestos.
Para ilustrar el punto de las diferencias en la determinación de las bases imponibles de ambas rentas, consideremos un ejemplo de dos personas que generan rentas mensuales equivalentes a $10.000.000: la primera es una trabajadora dependiente con sueldo bruto de $10 millones, y la segunda es dueña de una empresa en régimen semi integrado cuya utilidad financiera también es de $10 millones mensuales. En el caso de la empresa, se asume que la Renta Líquida Imponible (RLI) representa el 50% de la utilidad financiera, es decir, $5.000.000, y que el dueño retira el 100% de esa renta tributaria como dividendo. Para el caso de la persona dueña de empresa, se asume que el 50% de las utilidades financieras que no retiró en forma de dividendo fue reinvertido en la empresa. El hecho que para la empresa la RLI sea un 50% de la utilidad financiera se puede explicar por las deducciones tributarias tales como pérdidas o depreciación acelerada.
La trabajadora dependiente debe pagar cotizaciones previsionales (AFP, salud, seguro de cesantía) que reducen su base imponible a aproximadamente $9.432.000[10]. Sobre esa base se calcula el Impuesto Único de Segunda Categoría, que en este caso asciende a $2.570.000, resultando en una carga tributaria efectiva de 25,7% sobre los $10 millones brutos. Por otro lado, el dueño de la empresa paga Impuesto de Primera Categoría (IDPC) sobre los $5 millones de RLI ($1.350.000) y luego paga Impuesto Global Complementario (IGC) neto por $395.500, sumando una carga tributaria total de $1.745.500, lo que equivale a una tasa efectiva de solo 17,5% sobre los mismos $10 millones de utilidad financiera.
En consecuencia, aunque ambas personas generan el mismo monto de ingresos financieros ($10 millones), la carga tributaria final es sustancialmente distinta. El dueño de empresa tributa menos en términos efectivos que la trabajadora dependiente, incluso considerando que retira el 100% de la renta tributaria disponible. Esto ejemplo ilustra que el tratamiento tributario de las rentas del capital, a través de empresas, es más beneficioso que el de las rentas del trabajo. La diferencia en carga tributaria efectiva, de más de 8 puntos porcentuales, refleja una ventaja estructural del sistema tributario a favor de las rentas del capital. Es más, la brecha de cargas efectivas es aún mayor si se considera como carga tributaria para la persona trabajadora dependiente las cotizaciones por seguridad social (alrededor de 6% en este ejemplo). En la tabla 7 se presenta la comparación entre ambas personas del ejemplo.
Tabla 7.
Ejemplo numérico del tratamiento de las rentas del trabajo y capital en Chile.
CONCEPTO |
TRABAJADOR DEPENDIENTE |
DUEÑO DE EMPRESA |
---|---|---|
INGRESO BRUTO / UTILIDAD FINANCIERA |
$10.000.000 |
$10.000.000 |
BASE IMPONIBLE PARA IMPUESTO PERSONAL |
$9.432.402 (tras cotizaciones) |
$5.877.500 (retiro + crédito) |
IMPUESTO DE PRIMERA CATEGORÍA (IDPC) |
No aplica |
$1.350.000 |
IMPUESTO ÚNICO / IGC BRUTO |
$2.570.000 |
$1.273.000 |
CRÉDITO POR IDPC |
No aplica |
$877.500 |
IMPUESTO PERSONAL NETO (IGC / ÚNICO) |
$2.570.000 |
$395.500 |
CARGA TRIBUTARIA TOTAL (IDPC + IGC) |
$2.570.000 |
$1.745.500 |
TASA EFECTIVA SOBRE LOS $10 MILLONES |
25,70% |
17,50% |
SUELDO LÍQUIDO / UTILIDAD FINANCIERA NETA DESPUÉS DE IMPUESTOS |
$7.430.000 |
$8.254.500 |
Es importante señalar también que la persona dueña de empresa tributa menos en términos efectivos está relacionado con la retención de utilidades. El 50% de la utilidad financiera no pagó impuesto corporativo, por lo que se asume que se reinvierte en la empresa. Así, la tributación a nivel de persona natural queda pospuesta hasta que esta persona distribuya esas utilidades. Esta reinversión de utilidades implica una reducción de la base imponible de los impuestos personales.
Desde el punto de vista de la persona natural, la persona que recibe rentas del trabajo toma sus decisiones de consumo y/o ahorro[11] después del pago de impuestos personales. Mientras que la persona dueña de empresa puede decidir ahorrar a través de la reinversión de utilidades, en consecuencia, la decisión de ahorro viene antes de la aplicación de impuestos personales. Esta es una diferencia clave entre el tratamiento tributario de las rentas del capital y trabajo que genera diferencias relevantes en el pago efectivo de impuestos, a pesar de que las rentas antes de impuestos sea la misma.
En el caso hipotético que existiera un régimen 100% integrado, la brecha entre cargas tributarias de ambas personas aumenta. Para el caso de la persona dueña de empresa que tributa en un régimen 100% integrado, manteniendo todos los otros supuestos del ejemplo constantes, la carga tributaría sería 14,1%. Notar que esta carga tributaria es menor que la carga tributaria efectiva en un régimen semi integrado, ya que la persona natural obtiene un crédito contra impuestos personales por el 100% del impuesto corporativo pagado a nivel de empresa. Este ejemplo, además, pone en evidencia aquella concepción errónea que vincula sistemas 100% integrados con equidad tributaria horizontal, donde teóricamente dos rentas iguales pagan la misma cantidad de impuesto, ya que, como lo demuestra el ejemplo, en términos financieros y efectivos, no existe tal equidad entre el tratamiento de las rentas del trabajo y del capital, debido a las discrepancias en cómo se determinan las respectivas bases imponibles. La discusión respecto a equidad horizontal se suele reducir a conceptos meramente aritméticos, es decir, se centra en la tasa aplicada a dos rentas aparentemente iguales. Esto es un error, porque desconoce que los impuestos tienen 3 componentes (hecho gravado, base imponible y tasa), por tanto, para que exista equidad horizontal debiesen ser comparables los tres componentes en cuestión. Esto no ocurre en las rentas del capital y las rentas del trabajo, puesto que las primeras tienen el concepto de renta liquida imponible, es decir existe una diferencia entre renta bruta y renta imponible y la diferencia entre ambas es relevante como se ha expuesto en los párrafos anteriores.
En el caso de las rentas del trabajo, la renta imponible es muy cercana a la renta bruta, explicado fundamentalmente por deducciones inexistentes a nivel personal -como la depreciación (en cualquiera de sus versiones), pérdidas- ya que en general las personas no pueden deducir sus “gastos necesarios”, por tanto, su base imponible es más amplia. Dicho de otra forma, una base imponible de 100 determinada según las reglas de las rentas del capital contiene muchas más deducciones que la misma base imponible de 100 de una persona natural. De esta forma, plantear que ambas rentas deben soportar la misma tasa de impuestos, porque ello apuntaría a una mayor equidad horizontal, conlleva a un error. Las rentas fueron generadas y determinadas de forma sustancialmente distinta y por lo mismo puede ser necesario establecer diferencias frente a su tributación.
Continuando con la primera razón de por qué las tasas de impuesto efectivas en la parte alta de la distribución de ingreso son decrecientes, se suma a que la determinación de las bases imponibles es distinta y que las rentas del capital están fuertemente concentradas en la parte alta de la distribución. En efecto, el gráfico 8 muestra la composición del ingreso total para distintos cuantiles dentro del conjunto de contribuyentes pertenecientes al 1% de más altos ingresos. El gráfico parte desde el cuantil número 99,1 (es decir, contribuyentes pertenecientes al primer decil del 1% de más altos ingresos), donde las rentas del capital representan cerca del 10% del ingreso total; hasta llegar al 0,01% de contribuyentes de más altos ingresos, donde prácticamente el 100% de sus rentas provienen del capital. Asimismo, como se observa en el grafico 7 en los cuantiles donde las rentas del capital predominan de forma significativa (desde el cuantil 99,92) se produce una reducción de la tasa efectiva.
Gráfico 8.
Composición de los ingresos totales para cuantiles del 1% de contribuyentes de más altos ingresos
Fuente: elaboración propia en base a datos tributarios.
La segunda razón por la cual las cargas efectivas en la parte superior de la distribución son decrecientes, es por el diferimiento del pago de impuestos personales. Bajo el sistema actual de impuesto a la renta en Chile, la tributación de las utilidades a nivel de los socios toma lugar única y exclusivamente cuando estos son distribuidos a personas naturales residentes o no residentes[12], es decir cuando son percibidos por contribuyentes de impuestos finales, quedando liberada de tributación la distribución de dividendos entre sociedades o personas jurídicas. Esta característica del sistema tributario tiene como consecuencia que cuando una empresa decide no distribuir dividendos o distribuirlos a otra persona jurídica, la tributación de impuestos personales se posterga indefinidamente.
En el gráfico 9 se muestra el porcentaje de ingresos totales que es percibido por la persona natural y, en consecuencia, tributa bajo el IGC, como porcentaje del ingreso total de la persona. Como se observa, este porcentaje exhibe un patrón decreciente conforme el ingreso aumenta, lo que equivale a que la fracción de rentas que son gravadas con impuesto global complementario disminuyen conforme aumenta el ingreso. Para el caso del cuantil número 99,1 el ingreso recibido por la persona natural como porcentaje de su ingreso total es cerca de 98%, mientras que para un contribuyente perteneciente al 0,01% de mayores ingresos, sólo un 4% de sus rentas totales son percibidas por la persona natural y les aplica IGC. Para este último caso, el 96% de sus rentas, que casi en su totalidad provienen del capital, sólo aplica IDPC.
Gráfico 9.
Ingresos percibidos como porcentaje de ingresos totales, para cuantiles de contribuyentes pertenecientes al 1% de más altos ingresos
Fuente: elaboración propia en base a datos tributarios.
Existen más razones de por qué la tributación de las rentas al capital, en términos efectivos, es baja en la parte alta de la distribución, en adición a las dos razones anteriormente expuesta. Una tercera razón, que será materia de un futuro informe del Ministerio de Hacienda que estudiará la eficiencia de la recaudación del impuesto corporativo, es que en términos efectivos la recaudación del IDPC es baja a pesar de que Chile cuenta con una tasa de impuesto corporativo sobre la mediana de países de la OCDE. A modo general, ello se explica por potenciales aspectos de incumplimientos tributarios y otros relacionados a la definición legal de la base imponible del impuesto corporativo, en particular con la interacción entre el uso ilimitado de pérdidas tributarias y la existencia de regímen de depreciación tributaria particularmente beneficiosos desde la perspectiva del contribuyente.
Con el objetivo de ilustrar cómo la definición legal de la base imponible del impuesto corporativo afecta la carga efectiva, se presenta a continuación un ejemplo numérico comparando a la carga tributaria efectiva sobre una utilidad financiera de $10.000.000 entre Chile, Reino Unido y Suecia. Se utilizan parámetros comunes de ingresos, gastos contables y depreciación financiera, pero se diferencia el tratamiento tributario en base a la legislación de cada país, en especial sobre la deducibilidad de gastos, depreciación tributaria y uso de pérdidas tributarias. En la tabla 8 se presenta la comparación de la determinación de la base imponible del impuesto corporativo para estos tres países, de acuerdo a sus respectivas legislaciones.
Tabla 8.
Comparación de la determinación de la base imponible del impuesto corporativo, según la legislación de cada país.
Chile |
Reino Unido |
Suecia |
|
DETERMINACIÓN DE LA BASE |
Amplia deducibilidad de gastos |
Más restringida |
Más restringida |
GASTOS ACEPTADOS |
Regla de gastos aceptados amplia y flexibles |
Regla estricta. Gastos deben ser necesarios y exclusivos |
Más estricta. Gastos deben tener relación directa con el negocio |
DEPRECIACIÓN TRIBUTARIA |
Acelerada permitida |
No acelerada |
No acelerada |
USO DE PÉRDIDAS TRIBUTARIAS |
Sin límites |
Limitado al 50% del exceso sobre 5M |
Sin límites |
TASA DE IMPUESTO CORPORATIVO |
27% |
25% |
20,60% |
Fuente: elaboración propia en base a informes de PwC
En la tabla 9 se presenta un resumen de los parámetros utilizados en el ejemplo y los respectivos ajustes tributarios que se aplican en la determinación de la base imponible, de acuerdo a la legislación de cada país. Por simplicidad se asume una moneda común para los 3 ejemplos.
Tabla 9.
Comparación de la determinación de la base imponible del impuesto corporativo, según la legislación de cada país.
ítem |
Chile |
Reino Unido |
Suecia |
---|---|---|---|
Ingresos brutos |
19.200.000 |
19.200.000 |
19.200.000 |
Gastos contables |
8.200.000 |
8.200.000 |
8.200.000 |
Depreciación contable |
1.000.000 |
1.000.000 |
1.000.000 |
Utilidad financiera |
10.000.000 |
10.000.000 |
10.000.000 |
Ajustes tributarios de acuerdo con la legislación de cada país |
|||
Depreciación tributaria |
2.000.000 |
1.000.000 |
1.000.000 |
Gastos deducibles tributarios |
8.200.000 |
8.000.000 |
8.000.000 |
Base imponible antes de pérdidas |
9.000.000 |
10.200.000 |
10.200.000 |
Ajustes tributarios de acuerdo con la legislación de cada país |
|||
Pérdidas utilizadas |
8.000.000 |
7.600.000 |
8.000.000 |
Base imponible final |
1.000.000 |
2.600.000 |
2.200.000 |
Tasa de impuesto corporativo |
27% |
25% |
20,60% |
Impuesto total |
270.000 |
650.000 |
453.200 |
Tasa efectiva sobre utilidad financiera |
2,70% |
6,50% |
4,53% |
Fuente: elaboración propia.
En este ejemplo, todos los parámetros financieros son iguales. La empresa en los tres países obtiene los mismos ingresos brutos, gastos contables, depreciación financiera y, por lo tanto, la utilidad financiera también es la misma. La diferencia ocurre en el tratamiento tributario que define la base imponible de cada país. En el caso de Chile, los gastos aceptados son levemente mayores que el caso de Reino Unido y Suecia, debido que la legislación chilena es más flexible en cuanto a los gastos que se aceptan necesarios para la producción de la renta. En el caso de la depreciación tributaria también es mayor en Chile, debido que la legislación admite un esquema de depreciación acelerada para las empresas del régimen semi-integrado, mientras que en Reino Unido y Suecia no cuentan como regla general la depreciación acelerada. Respecto a las pérdidas, si bien los tres países tienen el mismo stock acumulado de periodos anteriores, en el caso de Reino Unido es menor, debido a que su legislación limita el uso de pérdidas tributarias. En el caso de Chile y Suecia no existe esta limitación.
Como muestran los resultados del ejemplo, Chile es el país con una carga tributaria efectiva del impuesto corporativ[13] menor que los otros dos países, a pesar que Chile cuenta con el impuesto corporativo más alto. La razón de lo anterior es justamente que las diferencias en la determinación de la base imponible (Renta Líquida Imponible, para el caso de Chile) implica diferencias relevantes en el pago efectivo de impuestos.
El ejemplo anterior no tiene por objetivo ser representativo de lo que ocurre en estos 3 países, más bien busca ilustrar que la comparación del impuesto corporativo entre países no puede abstraerse de cómo la legislación de cada país define la base imponible de este impuesto. El hecho de que un país tenga un impuesto corporativo más alto que otro no implica necesariamente que las empresas de ese país pagan más impuestos en términos efectivos, en comparación a otros con impuesto corporativo más bajo.
La discusión detallada sobre la eficiencia de la recaudación del impuesto corporativo en Chile será presentada en un futuro informe del Ministerio de Hacienda.
4.3 Análisis distributivo de tributación de las rentas del capital
En la sección anterior se expusieron las cargas efectivas del impuesto a la renta a lo largo de la tributación de ingresos totales y el porqué del comportamiento decreciente en la parte alta de la distribución. A continuación, se profundiza el análisis distributivo con foco en la tributación a las rentas del capital. Dado que el 98,5% de las rentas del capital están concentradas en el 1% de contribuyentes de más altos ingresos, este análisis se focalizará en la distribución de ese subconjunto de universo de contribuyentes.
En el gráfico 10 se muestra la composición de los impuestos totales pagados por los distintos cuantiles de distribución de contribuyentes que pertenecen al 1% de más altos ingresos. El gráfico parte desde el cuantil número 99,1 (es decir, el primer decil de contribuyentes que pertenecen al 1% de más altos ingresos) y continua sucesivamente hasta llegar al 0,01% de contribuyentes de más altos ingresos.
En primer lugar, a partir del gráfico 10, se observa que la participación de los impuestos al trabajo en el total de impuestos pagados es decreciente en el ingreso. Las barras azules corresponden a la participación de los impuestos al trabajo; las rojas, a las rentas del capital percibidas (IGC); y el verde, a los impuestos corporativos a nivel de empresa y atribuidos a la persona natural de acuerdo con su participación en la sociedad. Para el cuantil número 99,1 cerca del 85% de los impuestos totales pagados corresponden a impuestos al trabajo, mientras que para el 0,01% de contribuyentes de más altos ingresos, menos del 5% de los impuestos totales pagados corresponden a impuestos al trabajo. Este hecho es consistente con que la participación de las rentas del trabajo en los ingresos totales de estos contribuyentes es decreciente en el nivel de ingresos totales.
Un segundo punto que se desprende del gráfico 10 es que el impuesto corporativo tiene una importancia creciente en la medida que el ingreso total aumenta. Por ejemplo, para el cuantil número 99,91 (es decir, el primer decil de los contribuyentes que pertenecen al 0,1% de más altos ingresos), el impuesto corporativo constituye cerca del 60% del total de impuestos pagados por estas personas. Para el caso de los contribuyentes pertenecientes al 0,01% de más altos ingresos, el impuesto corporativo explica más del 95% del total de impuestos pagados.
Gráfico 10.
Descomposición de impuestos totales pagados para cuantiles de la distribución de contribuyentes pertenecientes al 1% de mayores ingresos.
Fuente: elaboración propia en base a datos tributarios.
Esto revela que, en lo que respecta a la tributación de las rentas del capital, la tributación recae mayoritaria y significativamente en las empresas y no en los dueños de esta. En efecto, el gráfico 11 muestra los impuestos personales sobre rentas del capital como fracción de los impuestos totales al capital. Los impuestos totales al capital corresponden al IDPC pagado a nivel de empresa, más los impuestos netos pagados por los dividendos recibidos a nivel de persona natural según el IGC.
Como se observa en el gráfico 11, en general, más del 90% del total de impuestos sobre las rentas del capital se explican por el pago de impuesto corporativo. En términos prácticos, esto quiere decir que el flujo de recursos que se pagan por impuestos al capital proviene mayoritariamente desde las empresas que desde sus dueños. Para el caso del cuantil número 99,1 sólo un 14%, aproximadamente, de los impuestos totales de rentas de capital provienen de recursos pagados por las personas naturales dueñas de empresas. Este porcentaje se reduce en la medida que aumenta el ingreso total. Para el caso de los contribuyentes pertenecientes al 0,01% de mayores ingresos, menos del 1% de los impuestos totales pagados por rentas del capital provienen de recursos de los dueños de empresa.
Gráfico 11.
Pago de impuesto al capital a nivel de persona natural como fracción de los impuestos totales al capital (personales más corporativos), para distintos cuantiles de la distribución de contribuyentes que pertenecen al 1% de mayores ingresos.
Fuente: elaboración propia en base a datos tributarios.
En términos totales, es decir, considerando los impuestos al capital pagados por todos los contribuyentes que pertenecen al 1% de más altos ingresos, sólo un 2,24% de los impuestos que gravan el capital provienen de personas naturales.
La distinción entre impuestos pagados por personas naturales versus los pagados a nivel de empresa es relevante en términos económicos. Si bien en el ámbito legal, la empresa pertenece al patrimonio de la persona natural, en el plano económico las decisiones de inversión son adoptadas a nivel de empresa, donde sus dueños, según su participación, pueden incidir en mayor o menor medida en aquellas decisiones. En consecuencia, cuando la tributación de las rentas del capital recae principalmente en flujos de las empresas, se está disponiendo una mayor carga sobre aquellas empresas que deciden reinvertir las utilidades no distribuidas a sus dueños y menor carga sobre los dueños de dicha empresa. Este tipo de decisiones pueden tener efectos en el crecimiento de mediano-largo plazo, los que serán detallados en las futuras secciones de este informe.
Un aspecto clave de la propuesta del gobierno de reforma de impuesto a la renta, es que busca re balancear la carga tributaria entre empresas y dueños de empresas. Uno de los objetivos de la propuesta es que, a través de la implementación de un sistema dual, aumente la tributación de las rentas del capital de los dueños de empresa y se reduzca la tributación sobre empresas. En resumen, en las siguientes secciones se expondrán las estimaciones de la propuesta del gobierno en torno a la cual la participación de la tributación sobre rentas del capital de dueños de empresa pasaría de 2,24% a 15,04%, mientras que la participación del impuesto corporativo en la tributación total de rentas al capital se reduciría de 97,76% a 84,96%. Este cambio de composición en la tributación de las rentas del capital busca incentivar la inversión a nivel de empresas sin afectar la estabilidad de las finanzas públicas.
Como se ha expresado en los párrafos anteriores, las diferencias relevantes entre el pago de impuestos efectivos entre personas y empresas se explica en parte porque el pago sustentado en un régimen integrado o semi integrado pone un mayor peso al impuesto corporativo-, por ejemplo, por la mayor certeza que otorga a nivel de incrementos de recaudación frente a incrementos a nivel de impuestos personales. Lo anterior se puede demostrar al observar que las reformas entre 2010 y 2020 han centrado la mayor recaudación en incrementar la tasa del impuesto de primera categoría que si bien encuentra respaldo en tasas excesivamente bajas a nivel comparado (17% en 2010), demuestra la tendencia histórica en Chile a incrementar la carga tributaria de los socios a través de subir el impuesto corporativo.
Un segundo elemento que ha motivado establecer incrementos en la tasa corporativa es la expectativa que esta medida podría generar efectos distributivos a nivel de las personas. Este segundo punto es un error: el pago efectivo de impuestos a nivel de persona natural es bajo y regresivo en la parte alta de la distribución, como se ha expuesto en los gráficos anteriores. Estas reformas no han tenido el efecto redistributivo inicialmente deseados a nivel de las personas, pero si han incrementado la presión sobre los impuestos corporativos en la relación entre impuestos pagados por la empresa y sus propietarios. Un sistema integrado puede generar la falsa sensación que es indistinto en qué parte de la cadena se incrementa el impuesto, ya que un mayor impuesto corporativo termina siendo un mayor crédito a nivel de socio y, ante esta aparente indiferencia se suele optar por incrementar el impuesto corporativo.
[5]Para más detalles sobre la construcción de esta variable de ingreso, ver el documento Diagnóstico Distributivo de Ingreso y Patrimonio, y Análisis de la Propuesta de Reforma Tributaria en Materia de Renta y Riqueza, Ministerio de Hacienda (2022).
[6]Las personas que reciben rentas del trabajo y del capital al mismo tiempo, pagan de acuerdo al IGC, que tiene las mismas tasas que el IUSC.
[7] La Renta Líquida Imponible (RLI) sobre la cual se aplica el 27% de impuesto corporativo.
[8] Las utilidades financieras son mucho más cercanas a la definición económica de utilidades. La utilidad financiera consiste básicamente en todos los ingresos asociados a la empresa, menos los costos necesarios de producción, menos los costos laborales, menos la depreciación financiera del activo fijo, menos el pago neto de intereses.
[9] La Renta Líquida Imponible positiva, ya que la renta líquida imponible negativa constituye pérdida del ejercicio que puede ser utilizada sin restricciones en los años tributarios futuros.
[10] En este caso, se aplican las cotizaciones sobre el tope imponible.
[11] Ahorro adicional a la cotización obligatoria.
[12] Esta característica del impuesto a la renta del capital en Chile no es propia de nuestro país. En general, así es como funciona alrededor del mundo la tributación de las rentas del capital respecto a los dividendos
[13] La tasa efectiva del impuesto corporativo se calcula como la razón entre impuestos totales pagados y la utilidad financiera.