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III. Las Oportunidades de Desarrollo ante el Avance de la Economia verde y las nuevas tecnologías de extracción

I. Nuevos usos estratégicos y la consecuente mayor demanda a nivel mundial

Además de sus usos tradicionales en la fabricación de grasas lubricantes, vidrios y cerámicas, entre otros, el litio ha pasado a constituirse en un material energético  fundamental, debido a sus singulares propiedades fisicoquímicas. Las aplicaciones que han abierto enormes oportunidades para su industrialización so principalmente las siguientes:

  • Almacenamiento de energía, a través de su uso en baterías eléctricas y en sales para acumuladores termo solares.
  • Contribución en la eficiencia energética, mediante su utilización en aleaciones livianas y resistentes para aviones, barcos y rodados, como son las de aluminio-litio.
  • Ser el elemento clave en la producción del tritio que es el combustible en la fusión nuclear. Su uso en baterías es la principal causa de la gran demanda, tendencia que continuará debido al reemplazo de combustibles fósiles en el transporte urbano, en especial al aumento en la producción de vehículos eléctricos, y la necesidad que generan las energías renovables no convencionales –solar y eólica– de acumular energía.

Su uso en baterías es la principal causa de la gran demanda, tendencia que continuará debido al reemplazo de combustibles fósiles en el transporte urbano, en especial al aumento en la producción de vehículos eléctricos, y la necesidad que generan las energías renovables no convencionales –solar y eólica– de acumular energía.

La creciente demanda por este mineral y la dificultad que se ha observado para aumentar la oferta global explican la fuerte alza de los precios que ha experimentado el litio en los últimos años. Ante este escenario han surgido numerosos proyectos de operación en Australia, Argentina y China[1], así como varios otros potenciales, los que aumentarán la oferta mundial. Sin embargo, no es claro que esta mayor oferta será suficiente para cubrir el alza de la demanda, con lo que si bien se espera que el precio no siga creciendo con la misma magnitud que lo ha hecho en los últimos años, el precio seguirá reflejando el valor estratégico de este mineral.

Esta gran demanda y alza en precios también genera una base de incentivos para el cambio tecnológico. Así, existen avances en el estudio de otros elementos activos, como sodio-azufre. Sin embargo, lo más probable es que en las próximas décadas las baterías basadas en litio seguirán protagonizando el mercado. De la misma forma, no se prevé que vectores energéticos, como el hidrógeno verde, sean una amenaza al almacenamiento de energía eléctrica por medio de baterías, si no que más bien actuarían como tecnologías complementarias con distinto foco y de distinta escala.

II. Abundantes reservas

Chile tiene una de las mayores reservas de litio del mundo, las que representan en la actualidad entre el 36% y el 40% del total global estimado. Estas reservas se encuentran en sus salares, en la forma de salmuera, junto a otros valiosos minerales como potasio, sodio, magnesio, boro, sulfatos y cloruros, entre otros. En un estudio del año 2013, Sernageomin consigna que Chile cuenta con un potencial geológico privilegiado para la explotación del litio: 63 ambientes salinos (45 salares y 18 lagunas salinas) de características físico-químicas e hidrogeológicas diversas, ubicados tanto en cercanía a zonas costeras, otros en la zona intermedia entre los dos cordones cordilleranos y vecinos a campos de nitratos, así como localizados en zonas andinas y altoandinas, es decir sobre los 3 mil metros de altura sobre el nivel del mar.

La mayor reserva de litio a nivel nacional, sobre el 90% del total, está en el Salar de Atacama, donde se localizan las mejores condiciones del mundo para su explotación, debido a los altos niveles de concentración de litio que allí se encuentra (promedio aprox. de 2.000 ppm), la baja relación de litio/magnesio, altas tasas de evaporación debido a la radiación y la baja pluviosidad. Todo ello redunda en que el Salar de Atacama es una faena de extracción de bajo costo y muy competitiva a nivel mundial.

Adicionalmente, en el estudio referido, Sernageomin determinó que existen 18 salares localizados en las regiones de Antofagasta y Atacama, que podrían ser de interés para una evaluación específica respecto a su potencial geológico para albergar proyectos de litio, requiriéndose en estos casos incrementar el conocimiento a través de la exploración detallada.

III. Desarrollo de nuevas tecnologías de extracción

Los nuevos requerimientos en la minería del litio, especialmente las exigencias de sostenibilidad y responsabilidad ambiental significan también una oportunidad única para el país. El aumento de la demanda mundial hace necesario ampliar la capacidad de extracción, pero esto ya no podrá realizarse por mucho tiempo más con la actual tecnología de evaporación de salmuera, que es el estándar actual en las faenas en el Salar de Atacama, habida consideración de los impactos ambientales que ello puede significar.

La posición de Chile como uno de los principales productores a nivel mundial abre la oportunidad de avanzar en materia de desarrollo tecnológico aguas arriba en la producción, con nuevas técnicas de extracción (tales como por ejemplo la extracción directa de salmuera o DLE/R por su sigla en inglés) acompañada de métodos de reinyección sostenibles, que aseguren el menor impacto socio ambiental posible en los territorios. Estas tecnologías están siendo desarrolladas y probadas en diversas faenas, pero no han llegado a implementarse plenamente en forma industrial. Impulsarlas es importante para una producción ambientalmente sostenible, de modo que sea una exigencia implementarlas en las faenas existentes y un estándar de entrada para los nuevos proyectos.

Dichas tecnologías no solo abren la oportunidad de transformar a Chile en un espacio para la innovación y el desarrollo tecnológico en la producción de litio, sino que suponen también la posibilidad de aumentar los niveles de producción actuales sin con ello impactar negativamente el medio ambiente. Para ello, se requieren líneas base de los salares, así como un riguroso monitoreo y seguimiento sobre los efectos de su implementación, en particular sobre la reinyección y sus efectos biogeoquímicos.

En este desarrollo, el Estado, que tiene los derechos exclusivos sobre el litio, puede jugar un papel no solo en términos de normativas y exigencias medioambientales, sino también en el desarrollo y pilotaje de las tecnologías y en la generación del conocimiento de base (modelos hidrogeológicos, por ejemplo) que permita evaluar correctamente el desempeño de estas nuevas modalidades de extracción.

IV. Generación de un ecosistema científico- tecnológico-industrial

Complementario con lo anterior, las oportunidades en materia de desarrollo de conocimiento y tecnología, junto con la búsqueda de encadenamientos productivos y agregación de valor asociados a esta industria ofrecen la posibilidad de generar un ecosistema científico- tecnológico-industrial. En principio, este ecosistema estará conformado por las empresas productoras del mineral, la academia, centros científico-tecnológicos públicos y privados, teniendo el Estado un rol relevante que cumplir no solo en materia de financiamiento, sino especialmente en la búsqueda de conocimiento público, el apoyo temprano al desarrollo de tecnologías, innovaciones y emprendimientos, y la orientación de la investigación y desarrollo hacia la solución de desafíos productivos, ambientales y/o sociales. Así, por ejemplo, la falta de conocimiento sobre los ecosistemas microbiológicos y sus potenciales para la innovación, abren la posibilidad de descubrimientos científicos en base a los ecosistemas salinos que pueden ser la base para desarrollos tecnológicos futuros.

V. Desarrollo de encadenamientos productivos y agregación de valor

En términos económicos, el litio no solo representa una oportunidad para la captura justa de rentas a través de royalties e impuestos, además representa una oportunidad para avanzar en nuevos desarrollos productivos e innovación tecnológica, que permitan al país consolidar su posición de liderazgo como productor mundial.

El desarrollo de esta industria debe ser visto como una oportunidad para generar diversos encadenamientos productivos de servicios o insumos básicos y que impulsen el desarrollo de tecnologías e innovación (aguas arriba o abajo) y el de otras actividades de agregación de valor en la cadena productiva, incluyendo actividades empresariales y/o científicas más sofisticadas. Es posible avanzar en la cadena de valor de industria de las baterías, produciendo en Chile, por ejemplo, materiales catódicos, anódicos (litio metálico), cátodos, electrolitos y otros componentes de interés. Los buenos resultados del llamado de Corfo para usar un porcentaje de la producción de productos de litio reservadas[2] para agregación de valor (adjudicado a BYD, empresa china privada), muestra que es posible avanzar en la cadena de valor en Chile a través de un negocio rentable.
Las grandes compañías internacionales que producen baterías y participan de la electromovilidad requieren proveerse de litio a largo plazo de manera segura. Esto puede ser ofrecido por el Estado de Chile, mediante alianzas público-privadas con esas compañías, para que operen en Chile de manera abierta, colaborativa con el ecosistema científico-tecnológico e industrial nacional.

Estos encadenamientos o actividades de mayor valor agregado podrían desarrollarse de manera importante en los mismos territorios donde se explote el mineral, generando con ello nuevas oportunidades de desarrollo local, de empleo de mayor productividad e infraestructura, más allá de los beneficios que las propias inversiones generen para las comunidades.

[1]Fuente: Oferta y demanda de litio hacia 2030. Cochilco. 2020.

[2]Los contratos de Corfo con SQM y Albemarle reservan parte de la producción para la venta a precio preferente a empresas que se instalen en Chile con el objetivo de desarrollar proyectos de agregación de valor en la cadena del litio.

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