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3. Informalidad laboral y desarrollo económico

Esta sección analiza la relación entre la informalidad y el desarrollo económico, presentando los principales hechos estilizados que se observan en esta relación a nivel internacional (OCDE y OIT, 2019):

  • La informalidad es un fenómeno mundial y amplio, que abarca una proporción significativa de la población empleada y que se manifiesta de diversas formas dependiendo de las características de cada país. En 2016, aproximadamente 2 mil millones de personas trabajadoras se encontraban en el empleo informal en el mundo (las que representaban entre el 61% y 50% del total del empleo dependiendo de si se incluye o no la agricultura, respectivamente).
  • Existe una correlación negativa entre el nivel de informalidad y desarrollo de los países. Mientras en 2016, la informalidad alcanzaba aproximadamente un 18% en los países desarrollados, en las economías emergentes y en desarrollo ésta se ubicaba en torno al 67% y 90% para el mismo año, respectivamente[16].
  • La informalidad posee un fuerte componente rural. La población de las áreas rurales posee casi el doble de probabilidad de tener un empleo informal en relación con aquella de las urbanas (80% y 44%, respectivamente), existiendo diferencias según el nivel de desarrollo de los países. Además, mientras la gran mayoría del empleo formal se ubica en áreas urbanas, una gran proporción del empleo informal se localiza en áreas rurales (79% y 60%, respectivamente).  
  • A nivel mundial, los sectores económicos que concentran la mayor proporción de personas trabajadoras en el empleo informal corresponden a agricultura, industria y servicios, con un 94%, 57% y 47%, respectivamente, respecto del empleo total de cada sector (2016).

La Figura 1 presenta la tasa de ocupación informal para una muestra de países latinoamericanos. En 2021, en Chile la proporción de empleo informal alcanzó un 27%, situándolo como uno de los países con menor informalidad a nivel regional y bajo el promedio de los países seleccionados (58%), superado únicamente por Uruguay (22%).

Figura 1

Tasa de empleo informal para una selección de países

(%, último dato disponible)

Fuente: Elaboración propia utilizando datos de ILOSTAT (2022) y OIT (2018). Notas: (a) Para Chile se utilizan datos de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) para 2021. Para el resto de los países, se utilizan encuestas de hogares y empleo que varían entre 2017 y 2021. Entre paréntesis se indican los años para los cuales se disponen dichos datos. (b) En el caso de EE. UU, Japón, Italia y España se presenta la proporción del empleo informal sobre el empleo total para 2016 reportada por la OIT (2018), los cuales si bien no son exactamente comparables con las cifras reportadas para los otros países del gráfico (debido a las fuentes de información utilizadas y los criterios empleados en la construcción de las estadísticas), se utilizan para efectos referenciales y se marcan con un asterisco (*) para diferenciarlos del resto de los países. (c) El promedio presentado en el gráfico excluye a EE. UU., Japón, Italia y España.

Por otra parte, la relación entre la informalidad y desarrollo económico ha sido extensamente documentada en la literatura y de ella es posible destacar los siguientes cinco elementos:

  • Primero, en general el tamaño de la economía informal es significativo en el mundo. Pese a que su medición es compleja, gran parte de ella se presenta en la agricultura, incluyendo la agricultura de subsistencia y las ventas informales de cultivo. También, una parte sustantiva del empleo informal proviene de las y los vendedores independientes y aquellos ambulantes que viven en niveles cercanos a la subsistencia (Banerjee y Duflo, 2011).

Adicionalmente, existen diversos grados y formas de informalidad. En un extremo, se encuentran aquellas empresas que no están registradas, que realizan el pago de sus insumos y factores de producción en dinero efectivo, que no poseen cuentas bancarias y no pagan impuestos, es decir, que no son visibles al regulador. En el otro lado, se encuentran aquellas empresas registradas, que ocultan al regulador una fracción de sus ventas para reducir utilidades imponibles, que contratan empleo formal y cumplen con muchas de las regulaciones impuestas por la autoridad (Johnson et al., 1997).

Entre estos dos extremos se encuentran una diversidad de formas de informalidad, por ejemplo, firmas que tienen los permisos correspondientes para operar, pero no pagan los impuestos de seguridad social.

Dada esta complejidad intrínseca de la medición de la informalidad, la literatura ha utilizado diversas metodologías para aproximarse a su cuantificación, entre ellas encuestas, censos, medidas inferidas del consumo agregado de electricidad, por nombrar solo algunas.

La Tabla 3 presenta algunas medidas del tamaño del sector informal para una muestra de países agrupados por cuartil de ingreso per cápita[17]. Lo primero que se observa, es que las distintas medidas de tamaño de la economía informal son relativamente consistentes entre sí. El sector informal representa entre un 30% y 40% del total de la actividad económica en los países de menores ingresos y una fracción algo mayor del empleo (cifras análogas caen a un rango de 15% y 20% en los países del cuartil más rico). Por su parte, la última columna de la tabla indica que, en los países del primer cuartil de ingresos, en promedio, alrededor de tres firmas por cada 1.000 habitantes están registradas, mientras que en los países del último cuartil de ingresos esta cifra es de 42 firmas por cada 1.000 habitantes. Así, la evidencia muestra que, especialmente en los países de menores ingresos, el sector informal es grande y representa una fracción significativa de la actividad económica y del empleo.

Tabla 3

Medidas para cuantificar el tamaño del sector informal

Cuartil de ingreso per cápita

Medida de Informalidad

% del PIB Informal (WEF)

% de Evasión Tributaria (WBES)

% de Empleo por Cuenta Propia

% del PIB Informal (CE)

Firmas Registradas/Pobl.

(1.000s)

I (inferior)

35,4

29

46,4

38,9

3,2

II

33,7

23,3

35,7

42,7

8,2

III

27,6

19,7

23,1

31,3

28,7

IV (superior)

17,3

8,2

13,3

17,6

41,8

Promedio

27,6

22,5

26,5

29

24,7

Observaciones

125

95

133

57

83

Fuente: La Porta y Shleifer (2008). Nota: En la tabla, WEF corresponde a World Economic Forum, Global Competitive Report; WBES a World Bank Enterprise Surveys y CE a una medida inferida del consumo agregado de electricidad.

  • Segundo, las firmas informales son pequeñas, poco productivas y de bajo o nulo crecimiento. La Porta y Shleifer (2008) analizan el tamaño y productividad de firmas formales e informales en una muestra de países principalmente de bajos ingresos, en base a encuestas a personas empresarias y emprendedoras llevadas a cabo por el Banco Mundial, encontrando que:
    • Las firmas informales son mucho más pequeñas que las formales. Una firma formal promedio emplea alrededor de 126 trabajadores, mientras que una informal exhibe, en promedio, solo cuatro.
    • Las firmas informales son significativamente menos productivas que aquellas formales en términos de valor agregado por trabajador[18]. En la mediana, las firmas informales agregan solo un 15% del valor agregado por trabajador de las firmas formales, y el ratio entre el valor agregado por las firmas formales se ubica en el rango de un 1% en el Congo hasta un 70% en Cabo Verde[19].
    • En promedio, los salarios pagados por firmas del sector informal equivalen a la mitad de los salarios pagados por unidades formales pequeñas, y a alrededor de un tercio del que pagan las formales de mayor tamaño. Esta última evidencia también es indicativa de la baja productividad de las firmas informales.

A partir de lo anterior, surge la interrogante respecto de los factores subyacentes a las diferencias de productividad entre las firmas formales e informales. La literatura señala que las firmas informales son poco productivas y un factor (no excluyente) detrás de esta menor productividad es el bajo nivel de capital humano de sus equipos directivos medido a través de la proporción de personas en cargos directivos que posee un grado universitario[20]. Esta menor productividad también se manifestaría en la dinámica que exhiben las firmas del sector informal, lo cual se expresa en un menor crecimiento anual en relación con las empresas del sector formal[21].

  • Tercero, no es la regulación lo que mantiene a las firmas en el sector informal, sino la dificultad de acceso al financiamiento. La Figura 2 indaga en la percepción de las personas emprendedoras del sector formal e informal respecto de los obstáculos para emprender y aquellas entrevistadas del sector informal apuntan a la falta de acceso a financiamiento como el principal obstáculo, con un 43%[22].

Por otra parte, las regulaciones gubernamentales no aparecen entre los principales obstáculos que enfrentan las firmas para formalizarse. Menos del 10% de firmas tanto formales como informales consideran relevante para sus decisiones de negocios factores como la corrupción, las licencias comerciales y los permisos o el sistema legal. Tal como discute La Porta y Shleifer (2014), la falta de acceso a terrenos en los cuales desarrollar sus negocios aparece como un obstáculo relevante para las firmas informales en parte debido a que una gran fracción ocupa sus instalaciones ilegalmente y temen ser desalojadas. En general, no se apunta al ambiente institucional como el obstáculo central para hacer negocios por parte de las firmas informales[23].

Figura 2

Obstáculos para la formalización según tipo de empresas

Fuente: La Porta y Shleifer (2014), basado en los datos del World Bank Enterprise Survey. Nota: La figura presenta el porcentaje de emprendedores formales e informales que identifican un obstáculo como el más importante para hacer negocios.

  • Cuarto, es poco frecuente que las firmas informales se vuelvan formales. La Porta y Shleifer (2008) documentan que el 92% de las compañías que están registradas nacen como registradas. El estudio también reporta que las unidades informales, en general, permanecen en el sector cerca de diez años sin intentar volverse formales y solo un 2% de éstas vende sus productos a empresas grandes. Los autores concluyen que las firmas informales habitan su propio espacio, desconectadas del sector formal (La Porta y Shleifer, 2008).
  • Al respecto, es importante mencionar que en las últimas décadas han aparecido diferentes fuentes de información respecto del costo de registrar una firma, las cuales sugieren que los procesos de registro se han simplificado enormemente en muchas regiones del orbe. Tales fuentes de datos también han gatillado estudios sobre el efecto de los costos de registros de firmas sobre la decisión de registrar una empresa.
  • Por último, existe una relación negativa entre informalidad y desarrollo económico. Es decir, a medida que los países se desarrollan, el sector informal se vuelve menos importante. Tal como exhibe la Figura 3, existe una fuerte correlación negativa entre ingreso per cápita y la fracción de la actividad económica que permanece en la informalidad medida como la proporción del autoempleo dentro del empleo total. Otros indicadores posibles de construir apuntan en la misma dirección: a medida que se desarrolla una economía, la informalidad se contrae.

Figura 3

Relación entre informalidad y desarrollo económico

Fuente: La Porta y Shleifer (2014) en base a World Development Indicators. Nota: La figura presenta la relación entre empleo por cuenta propia y PIB per cápita para un conjunto de países en 2013. Para ello grafica en el eje vertical la proporción de la fuerza laboral que posee un empleo por cuenta propia y en el eje horizontal el logaritmo del PIB per cápita en expresado en paridad de poder de compra (PPP).

En resumen, los cinco hechos estilizados sobre la relación entre informalidad y desarrollo económico documentados en la literatura, dan cuenta que el tamaño de la economía informal en la economía mundial es significativo, que las firmas informales son más pequeñas, poco productivas y de bajo crecimiento, que las formales; que no es la regulación lo que mantiene a las empresas en el sector informal, sino la dificultad de acceso al crédito; que es poco frecuente que las firmas informales se formalicen, y, que a medida que una economía se desarrolla, la informalidad se contrae.

[16] Corresponde a la proporción del empleo informal en el empleo total (incluyendo la agricultura) observada en 2016 que se reporta en OCDE y OIT (2019).

[17] Para cuantificar el tamaño del sector informal, La Porta y Shleifer (2008) utilizan diversas fuentes de información: (i) el informe de Competitividad Global 2006-2007 del Foro Económico Mundial del cual extraen un indicador de la actividad comercial no oficial o no registrada que se construye a partir de las respuestas de los y las principales líderes empresariales de 125 países sobre el tamaño del sector informal; (ii) Encuestas de Empresas del Banco Mundial de las que se obtiene el porcentaje de las ventas totales que un establecimiento informa para efectos fiscales y que se construye a partir de las respuestas de ejecutivos y ejecutivas de empresas registradas para un conjunto de 95 países en desarrollo; (iii) datos de la OIT sobre el porcentaje de trabajadores y trabajadoras por cuenta propia en la fuerza de trabajo para una muestra de 133 países; (iv) información sobre el consumo de electricidad que se utiliza para construir una medida de producto por electricidad para 57 países; y (v) los Indicadores de Desarrollo del Banco Mundial de los que se extrae el número de empresas registradas por cada 1.000 habitantes para 83 países.

[18] Es decir, las ventas netas de gastos en materias primas y energía.

[19] El reducido tamaño de las firmas informales y su baja productividad pudiesen ser simplemente dos caras de una misma moneda. De hecho, la literatura muestra que, dentro del sector formal, la productividad de una firma se incrementa con su tamaño (Hsieh y Olken, 2014). Para evaluar esta hipótesis, La Porta y Shleifer (2008) obtienen el ratio del valor agregado por las empresas informales y el valor agregado por las empresas pequeñas del sector formal. De este ejercicio se desprende que la brecha de productividad entre las firmas informales y aquellas formales de tamaño similar aún persiste. Específicamente, en el país de la mediana, las firmas informales agregan un 21% del valor (por persona trabajadora) que agregan las firmas formales del mismo tamaño. Por ende, la baja productividad del sector informal parece no estar exclusivamente relacionada a su reducido tamaño.

[20] La Porta y Shleifer (2008) documentan que existen diferencias significativas en el nivel de educación formal de las personas trabajadoras entre las firmas formales e informales; asimismo se observan diferencias sustanciales entre el capital humano de sus directivos. Utilizando información para una muestra de países, el estudio muestra la fracción de empresas formales e informales que son dirigidas por ejecutivos y ejecutivas con educación universitaria, encontrando que solo un 7% de las personas en cargos directivos de las empresas informales poseen un grado universitario, mientras que ésta alcanza un 76% en las firmas formales.

[21] La Porta y Shleifer (2008) muestran que el crecimiento promedio del empleo de las firmas informales es de un 5% por año, mientras que el de las firmas formales alcanza un 10%. Evidencia similar se encuentra en Ardagna y Lusardi (2010) y Hurst y Pugsley (2011).

[22] La dificultad de acceso al financiamiento de las firmas informales puede estar relacionada a la falta de capital humano de sus equipos directivos, es decir, podría verse una mayor propensión de la banca a prestar dinero a personas emprendedoras con habilidades observables.

[23] Encuestas realizadas por el Banco Mundial revelan información adicional respecto a la percepción del sector informal sobre los potenciales beneficios de registrar sus firmas (La Porta y Shleifer, 2014). Cerca de un 75% de las personas encuestadas del sector informal menciona el mejor acceso a financiamiento como una mejora en sus posibilidades para hacer negocios, mientras que un 25% pone en relieve el mejor acceso a las materias primas. Por el contrario, sólo un 14% de las personas encuestadas mencionan un mejor acceso a mercados y menores sobornos como potenciales mejoras para su ambiente de negocios. Las encuestas del Banco Mundial muestran que menos del 10% de las personas encuestadas visualizan potenciales ganancias derivadas de mejores oportunidades de negocios con las firmas formales, mayor acceso a programas gubernamentales, una base legal más sólida para los derechos de propiedad, o un mejor acceso a infraestructura. La evidencia anterior en ningún caso debe ser interpretada como que el ambiente institucional que enfrentan las firmas informales en esos países es bueno, ya que los autores afirman que muchos de los países de la muestra (entre los que se incluyen Angola, Burkina Faso, Botsuana, Camerún, República Democrática del Congo, Cabo Verde, República de Mauricio, Mali y Nepal) enfrentan problemas serios de corrupción, crimen, robos, etc. Lo que sí sugiere la evidencia previamente descrita, es que las firmas informales no ven el paso a la formalidad como un mecanismo para erradicar esos problemas de sus ambientes de negocios. Al mismo tiempo, las empresas informales señalan que la tasa de evasión tributaria en el sector alcanza cerca del 75%; por ende, evadir impuestos parece atractivo en relación con los escasos beneficios que traería la formalidad.

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