1. Participación
La participación en la encuesta fue amplia y diversa, integrando entidades públicas, privadas, académicas y sociales, lo que refleja el interés transversal de distintos sectores en el desarrollo de iniciativas de educación financiera.
En total, 66 entidades de diversos sectores participaron en la encuesta del Mapeo Nacional de Iniciativas y Programas de Educación Financiera, lo que refleja la amplitud de actores involucrados en la promoción de la educación financiera en el país.
El sector con mayor representación corresponde al sector público no financiero, que agrupa a 12 entidades, equivalente a un 18 % del total. Le siguen los bancos (9 entidades, 14%) y el sector de seguros junto con asociaciones y federaciones gremiales, cada uno con 8 entidades (12%) (gráfico 1.1).
Número de entidades que participan de encuesta
(por sector)
Nota metodológica: base de 66 entidades participantes (pregunta de respuesta única). Cada entidad se clasifica en un único sector, de manera excluyente, según su naturaleza institucional.
Nota: Prestadores sociales de servicios financieros: cajas de compensación, cooperativas con actividad financiera y microfinancieras; Infraestructura financiera: bolsa de valores y cámara de compensación; Otros: red de portales inmobiliarios y consultor.
Otros sectores con una participación significativa son las fintech (7 entidades, 11%) y los establecimientos de educación superior (6 entidades, 9%). También se registró la presencia de organizaciones no gubernamentales o sin fines de lucro y de prestadores sociales de servicios financieros (incluye cajas de compensación, cooperativas con actividad financiera y microfinancieras), ambos con 4 entidades cada uno (6%) (gráfico 1.1).
En menor medida, participaron entidades del sector público financiero (3 entidades, 5%), así como instituciones clasificadas en la categoría otros y de infraestructura financiera (2 entidades cada una, 3%). Finalmente, se contabilizó la participación de un medio de comunicación (gráfico 1.1).
Esta distribución evidencia que, aunque existe una fuerte representación del sector público y de actores tradicionales como bancos y aseguradoras, también se incorporan actores emergentes como fintech y organizaciones sociales, lo que enriquece la diversidad de perspectivas en materia de educación financiera.