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13. Evaluación, seguimiento y monitoreo

La medición está presente, pero mayoritariamente en un nivel básico: hoy predominan los diagnósticos y aprendizajes. Las entidades proyectan avanzar hacia evaluaciones de procesos, impacto y costo-efectividad, con bajo desinterés declarado.

En relación con las estrategias de medición, avaluación y monitoreo para analizar sus programas e iniciativas de EF, se observa que la medición está presente, aunque con grados distintos de madurez. 

Cerca de la mitad de las entidades realiza evaluaciones de necesidades (54%) y evaluaciones teóricas y de aprendizajes (48%). También son frecuentes el monitoreo de aceptación y participación (46%), de población objetivo (41%) y las pruebas de conocimiento (39%) (gráfico y tabla 13.1).

Gráfico 13.2 Periodicidad de las estrategias de medición, evaluación y monitoreo

(número de entidades)

 

Sí la realizamos

Estamos en planeación para realizarla

No realizamos pero si nos interesaría hacerlo

No realizamos ni nos interesa hacerlo

Otra

Evaluación de necesidades

30

6

15

1

4

Evaluación teórica

27

5

17

2

5

Evaluación de impacto

18

9

24

1

4

Evaluación de procesos

27

7

18

 

4

Evaluación de costo-efectividad

13

10

26

3

4

Monitoreo – Información financiera

18

8

19

5

6

Monitoreo - Población objetivo

20

7

21

3

5

Monitoreo - Tasa de aceptación e interacción/participación

23

6

18

4

5

Monitoreo – Retroalimentación

26

8

17

1

4

Prueba de conocimiento 

17

5

19

7

8

Pruebas de conocimiento de entrada y salida

22

5

16

7

6

Nota metodológica: base = 56 entidades. Para cada estrategia de evaluación, seguimiento o monitoreo se muestra la distribución de respuestas. Es una pregunta matricial: cada entidad seleccionó una opción por práctica.

Gráfico 13.1 Periodicidad de las estrategias de medición, evaluación y monitoreo

(número de entidades)

Nota metodológica: base = 56 entidades. Para cada estrategia de evaluación, seguimiento o monitoreo se muestra la distribución de respuestas. Es una pregunta matricial: cada entidad seleccionó una opción por práctica.

Las evaluaciones de impacto (32%), costo-efectividad (32%) y, especialmente, de procesos (23%) se encuentran menos extendidas, aunque muestran alta intención de adopción: un 43%, 34% y 46% de las entidades, respectivamente, planean incorporarlas (gráfico y tabla 13.1).

El porcentaje de instituciones que no realiza ni tiene interés en aplicar evaluaciones es bajo en la mayoría de las categorías (2-9%), con excepciones en pruebas de conocimiento y mecanismos de retroalimentación, donde alcanza a un 13% (gráfico y tabla 13.1).

En resumen, predominan los diagnósticos y las mediciones de aprendizaje, mientras que un número importante de entidades planean incorporar evaluaciones de procesos, impacto y costo-efectividad, lo que proyecta una expansión y sofisticación de las prácticas de evaluación.

Referencias sobre otras estrategias de medición, evaluación y monitoreo (respuestas abiertas)

Las respuestas evidencian un abanico de prácticas adicionales de medición y monitoreo, con énfasis en instrumentos simples y continuos. Las más comunes son las encuestas aplicadas en cada curso (satisfacción y aprendizaje), las pruebas de entrada y salida, los controles breves de impacto y el seguimiento operativo de asistencia, finalización y certificaciones. Asimismo, varias instituciones añaden analítica digital, como el seguimiento del tráfico en el sitio web o el desempeño de campañas, para monitorear alcance, interacción y participación.

También se mencionan mecanismos académicos (evaluaciones de mitad de curso, resolución de casos, rúbricas) y supervisión externa de programas. En conjunto, estas prácticas combinan retroalimentación de participantes, monitoreo de gestión y métricas digitales, con el objetivo de mejorar la pertinencia y el desempeño de las iniciativas.

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